jueves, 22 de junio de 2017

Paraiso Natural...


      El teléfono lleva unos días que no para. Los grupos de whatsapp están activos. Muy activos.
     Finalmente consigo dar con quien cuadrar horarios parecidos de trabajos-ruta y salgo de casa con dirección a Aranda de Duero. Alli llevan unos minutos esperándome, así es que no perdamos más tiempo.
     Los días que tengo para montar en moto me gusta aprovecharlos para descubrir pequeños "tesoros" y curiosidades, por lo que no soy amigo de autovías, ni de viajes sin algún objetivo concreto, por pequeño que sea.    
     La idea es atravesar la Palencia "llana" por el puente de Torquemada y llegar con buena hora a Guardo para repostar. Desde aquí haremos el embalse de Riaño, atravesaremos el puerto del Pontón y bajaremos por el desfiladero de los Beyos hasta Cangas de Onís. ¿Alguien da más?
     Lo primero, atravesar los campos de Palencia.    


    Para llegar a Torquemada.
      Algo más de medio millón de euros se gastaron en la rehabilitación del puente. La verdad es que les ha quedado bonito.
     En Frómista nos detenemos en una de las esclusas por la que tengo la suerte de haber pasado varias veces en bici haciendo el Camino de Santiago.
     Continuamos y parece que comenzamos a ver en el horizonte "algo de relieve".
     Al llegar a Guardo mi moto comienza a dar tirones y me entra un escalofrío por el cuerpo. Décimas de segundo hasta recordar que no he echado gasolina desde que sali de casa. Bajo la mano, pongo reserva y listos de nuevo... respiro tranquilo.
     Desde aquí el paisaje cambia por completo.

     Y el embalse de Riaño nos recibe con sus mejores galas.

     Aunque el tramo que nos queda por recorrer hasta el puerto, no tiene ningún desperdicio.
     Tanto al ascender como al descender nos acompaña la niebla durante un buen rato. Imposible sacar alguna foto decente que mostraros. Concentración máxima en la conducción.
      Con el paso de los km parece que la cosa mejora algo.

     Bajo el ritmo. Quiero disfrutar del paisaje sin prisa. Tengo en la cabeza grabado un sitio para hacer una foto que me quedó "pendiente" el año anterior: una curva en Ribota.
     Me acuerdo perfectamente del lugar. Voy pendiente de ella... hasta que la veo y atravieso la carretera hasta el arcén. ¡¡Ahí está El Frailón!!.

     Nos queda una de las carreteras más bonitas que conozco. La que atraviesa el Desfiladero de los Beyos.

  Circular por aqui en moto es un verdadero placer.


     Justo a la entrada del defiladero, vemos como pasa un africa hacia abajo. Le hacemos señales y da la vuelta. Son Carlos y su mujer que vienen desde Zamora, así es que, todos a la reunión.


     Como casi siempre me pasa, somos los últimos en llegar. La verdad es que, siendo sincero tengo que decir que no me apetecía mucho que se acabase esa carretera.... jejejej
     Estas reuniones están cogiendo el nivel de concentraciones en toda regla. Cuántas preocupaciones y menudo despliegue de medios.
     Dani nos hace una exhibición antes de la cena. Como dicen por mi pueblo, "el que tuvo, retuvo..."
     El montaje del vídeo es de Rober (menudas curradas también).
     Después todo el mundo a la mesa, que hay que compartir viandas.

     Como es habitual, tras la cena llegan los digestivos y unos se enredan más que otros.... pero eso es otro cantar.

     Amanece el sábado. El plan del día está trazado. Por la mañana playa. Por la tarde montaña o descanso, a elegir individualmente.
     Partimos a las 10h sin retraso por carreteras en las que casi no es posible meter tercera velocidad, salvo en dos o tres sitios contados. Eso sí, con paisajes flipantes.


     No soy capaz de recordar tantos nombres, así es que me dejo llevar prestando la máxima atención que a lo que me rodea.
     Llevo un rato notando que mi moto vibra demasiado al frenar de delante. No voy nada cómodo y sé que algo pasa. En marcha, me asomo para ver la rueda y veo que se han soltado los tornillos de una de las pinzas de freno.
     Le damos un buen apriete y todo perfecto. Mi moto va bien.
 

     Y aqui, un par de "jinetes del apocalipsis..."
     Nos acercamos a contemplar la preciosa playa Ballota
     Y desde aquí, a la cueva de Cobijeru por unas pistas.

     Una de las sorpresas más grandes me la llevaría al descubrir los acantilados de Buelna y una cueva natural que comunica con el mar.


      Ya en la cueva, zonas con pasos algo bajos.
      Para llegar al fondo y ver esto...
     Mi amigo Dani me hace una seña y me indica que vaya con él. Me cuela por un par de pasos más "delicados" y escurridizos, con alguna poza llena de agua de por medio, hasta llegar al mismo borde de la cueva con el mar.

     Este hombre está al detalle y, mientras yo observaba el espectáculo, me hizo unas cuantas fotos muy chulas.
     Jorge también está al quite... Gracias!!!   
  Saliendo de la cueva hay que poner rumbo al restaurante, que llevamos algo de retraso.
     De la comida, poco que decir que no sepamos ya... a estos asturianos les gusta ponerte de comer hasta que no puedes más: varios peroles de fabada, varios de pote asturiano y de segundo cachopo. y también toman postre... uffff
     Tras el homenaje que nos hemos pegado, hay ruta por la tarde. Hace calor soporífero y bien es cierto que entra algo de pereza para subirse en la moto de nuevo, pero hay que superarla como sea. Parada en el mirador del Naranjo de Bulnes.

     Después de la paradilla, hay gente que decide retirarse a descansar a los apartamentos. El resto, a conocer Casielles (en mi caso a visitarlo de nuevo, ya que lo conocí en un viaje anterior).

     Este lugar tiene algo que te deja absorto. se respira algo distinto. Al menos, a mi me lo parece...


     Si la subida es bonita, la bajada lo es más. Curioso que al cambiar de perspectiva la carretera parezca otra.


  Llevo un tiempo comentando con Jorge que me gustaría conocer la zona de Amieva. La gente está cansada. Tras una paradilla al bajar de Casielles, lo comentamos. Mira por donde, estaban Santi y su mujer... qué alegría me dio verles!!
     El grupo se vuelve a dividir entre los que continúan y los que quieren ver algo más por Amieva.
     La carretera hasta allí es chulísima.


     Y la subida al mirador y sus vistas, un espectáculo.


     Las vistas a la zona de Ponga hacen que a uno le entren ganas de escudriñar los caminos que llevan hacia ahí... pero eso tendrá que ser para otra salida. ¡¡Gracias Jorge!!


  Cuando llegamos a los apartamentos la gente está animada. Han descansado y eso se nota. Ducha y a tomar una sidra, que nos la hemos ganado.   
     Pero a esta gente lo que más les gusta es comer, así es que a la cena.
     La gente se lo curró mogollón. Las que más, las chicas: ¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!
     Tras los postres hubo brebajes varios. Hicieron hasta Queimada!! La cosa duró hasta que el cansancio acumulado del día dijo basta.

     Los que se quedaban el domingo por allí tenían ruta a los Lagos. Nosotros habíamos preparado un ruta de bajada para atravesar la zona de Cantabria a Burgos con un par de visitas obligadas. Se animan a la bajada Rober y Tito, así es que, a la carretera.




      Ascendimos el puerto de Palomberas. Una carretera con mucho encanto.


     La pena es que nos pilló mucha niebla y no pudimos sacar el paisaje que contemplan nuestras áfricas.

      Nuestra ruta pasa por el embalse del Ebro. El tamaño es bestial

     Antes de llegar a Orbaneja del Castillo se puede apreciar un singular "tajo" en el relieve y formaciones curiosas de las rocas.

     El pueblo es una chulada, aunque haciendo tanto calor se encontraba lleno de gente.

      Viendo alguna foto por internet, se nota que este año está siendo muy seco y baja menos agua por esas bonitas cascadas.
      Hay también una formación rocosa curiosa (creo que forman parte de los restos de un castillo), que le llaman el "Beso de los Camellos".

     Son ya las 15h pasadas y estamos sin comer. Esta gente me lleva con el collar puesto. Nos dirigimos a Pesquera de Ebro, pero antes paramos en un mirador a hacer una foto de la que dicen que ha sido ganadora de varios premios.
     Hasta ahora el día ha sido un verdadero disfrute. Salimos de la sierra y volvemos a carreteras más "normales" y con una velocidad media más alta.
     Rober llevo todo el fin de semana preocupado por la moto. Piensa que se le ha ido el rodamiento delantero y la moto se hace ingobernable en algunas ocasiones. Paramos a llenar, lo hablamos y decidimos bajar despacio por la autovía.
    
     En Aranda de Duero se despide Carlos. Unos km más y, tras adelantar un camión, no veo por los espejos a Rober y Tito. Reduzco la velocidad y suena el móvil. Tito va cansado y han parado a tomar algo. Me dicen que no les espere y que continúe yo, así es que me desvío en cuanto puedo de la autovía para terminar sobre las 21:30h este fantástico fin de semana.


¡¡¡NOS VEMOS EN LA SIGUIENTE!!!