lunes, 26 de septiembre de 2016

Una tarde cualquiera...


   UNA TARDE CUALQUIERA...

     Es sábado después de comer. Comienzo a valorar las distintas posibilidades que me ofrece la tarde.

    Por un lado, siempre está la fácil decisión de echar una cabezadita tras la ingesta, pero sé que después me arrepentiré de no haber sabido aprovechar ese tiempo (con la de cosas pendientes que hay que hacer...)

     Por otro, tengo que terminar unos trabajos con unas maderas y recoger todo el despendole de las Fiestas del pueblo recién pasadas. Además, en un rato los niños tienen un cumpleaños y mínimo debo hacer acto de presencia (según órdenes de mi mujer)...

     Y como no, a mi lo que me apetece es dar una vuelta en moto, para variar.... Lo que sucede es que ya he montado en campo por la mañana y no sé si podré "escaquearme" otra vez...

     Lo mejor que se me ocurre es, recoger todo deprisa y corriendo (ya lo colocaré después) y así convencer a mi mujer de que yo subo al cumple en moto (y aprovecho para alargar un poco esa salida, terminando allí.... jejejejej)

     Y según el plan "milimétricamente" trazado, pongo en marcha mi Africa para llenar el depósito y dar un paseo cualquiera de una tarde cualquiera.

     Salgo del pueblo por carreteras estrechas y buscando las zonas altas de la Alcarria. Voy contemplando parajes que conozco bien desde niño, pero que con el casco puesto y esa mezcla de olores a plantas aromáticas, siempre agradan.


     Me voy alejando de "mis montañas", bien llamadas las "Tetas de Viana", para ganar algo más de altura.

     Y entre encinas, coscojas y enebros termino por acercarme a un pueblo muy muy pequeño, en el que no vive nadie de forma permanente en invierno (aunque están arreglando casas y cada vez tiene más vida, aunque solo sea con el buen tiempo). Son de esos pueblos que están deshabitados, pero la gente se niega a abandonarlos. Desgraciadamente hay muchos de ellos en esta provincia...


     Es un pueblo en "mitad de la nada". La sinuosa carretera que llega hasta aquí, aquí termina...

     Y es aquí donde mis primos tienen un merendero que siempre aprovechan para celebraciones.

     He de reconocer que creí que el cumpleaños sería algo más "íntimo" y mi cara al llegar debió ser un poema cuando me encontré con un tropel de coches aparcados de cualquier forma, más de 25 niños saltando y gritando, un castillo hinchable,....


     Y tras un rato de cortesía (y mi mujer denotar que mi carácter se estaba agriando), propuse en voz baja investigar una pista que salía justo enfrente del merendero (la que se ve por encima de los coches).... "cariño, teniendo aquí la moto, saliendo una pista enfrente... y no me acuerdo bien dónde lleva..."....

     Al final conseguí la licencia para huir con mi afri por aquella pistuca, que de sobra sé dónde llevaba...... a la paz y el sosiego....

     Y así fue como una tarde cualquiera, en vaqueros y zapatillas, se convirtió en una tarde de disfrute. Aunque mil veces me he jurado a mi mismo que no vuelvo a tocar el campo en esas condiciones, no lo puedo evitar...

     La pista discurre por la pequeña vega de labor, con un piso completamente seco (en mojado me lo hubiese pensado) y sin ninguna dificultad.

     Sé perfectamente la carretera a la que voy a salir, así es que comienzo a valorar alternativas para investigar mientras sigo cogiendo altura.

     Por esta zona hay bastantes encinas micorrizadas para la producción trufera, ya que es zona fría y con buena altitud.

     Se acaba la vega en el momento justo que tengo decidida la pista por la comenzaré mi investigación.

     Me dispongo pues a enlazar con una carretera chula que me llevará hasta ella.





    Como decía al principio, el terreno lo conozco bien y sé que me encontraré mucha piedra rota y con aristas en las zonas altas y arcilla en las bajas. Las vegas no me preocupan, pero para el resto llevo unas ruedas mixtas a más de medio uso.


     Poco a poco los caminos se fueron estrechando, a la vez que se complicaban. Pero como la zona era bonita, había que continuar.

     Sin darme cuenta estaba metido con esta gorda en unas sendas endureras por las que no tuve más remedio que bajar (o tirarme, mejor dicho), no sin antes recostar un poco mi afri... Caguendiez!!. Iba tan concentrado en la conducción que me olvidé de sacar unas fotillos.

       Salí a una pista y comprobé los daños. Por suerte no hay roturas de nada. Enderecé y tras pasar unas cuantas penurias decidí evitar las sendas... De seguir así voy a tardar poco en arrugar esta máquina.

     Prosigo, pero reconociendo que estoy algo despistado. Sé la zona por la que ruedo, pero no termino de ubicar con exactitud. Bueno, es lo mismo...



     Tras parar en esta paridera a observar su construcción, me encuentro que pocos metros más adelante en una bajada se acaba el camino... Vaya día llevo!! y encima de dominguero, sin botas, ni na de na... Por suerte veo que enlazo con otra pista en pocos metros.

     La pista tiene buena pinta, llevo una sudada curiosa y ya no me apetecen más jaleos.


     Ahora parece que tocan unas bajadas fuertes y con roderas, pero en pistas preocupa menos la cosa. La verdad es que la zona es muy bonita.



     Veo la pista que estaba buscando por la ladera de enfrente. De haberla cogido, seguro que me hubiese ahorrado las sendas endureras, sus bajadas y subidas.
   
     Como decía, estoy algo "perdido" y no sé exactamente donde saldré. Se está haciendo algo tarde o a mi me lo parece. Quizá se esté quedando esta vuelta un poco larga para lo que tenía previsto.

     Por fin diviso un pueblo un poco más abajo.

     Unas bajadas con algo de material suelto es lo que nos separan de él.

     Al llegar abajo termino de ubicarme y hago una parada en la Ermita para observarla con más detalle.

     Salgo a la carretera y decido virar hacia un pueblo en el que enlazaré con un carril que lleva directo a casa. No sin antes mirar por dónde me han hecho bajar "los endurerus".

     La carretera discurre por un pequeño valle entre chopos y rocas. Es bonita y fresquita.




     Al llegar al siguiente pueblo, en el que cojo la otra pista, paro a ver el lavadero con detalle. No deja de ser una pequeña "represa" en el arroyo (debajo del arco pequeño) para que las mujeres de antaño aprovechasen para lavar la ropa.


     A escasos metros, el campo de futbol en una parcela de labor.

    Y el frontón, como no. En mi zona no hay pueblo que no tenga frontón. Da igual los habitantes que tenga, el frontón el obligatorio.

     Aquí tomo una pista muy bonita que me dejará prácticamente a las puertas de mi pueblo... A la salida nos encontramos con nogales y pequeños campos de labor. Esta zona la conozco muy bien y decido ir por las zonas bajas y quitarme de "otros fregaos"


     Estas zonas en mojado son un verdadero infierno.

     Sobre todo un par de pasos bacheados que quedan inundados casi todo el invierno y hacen efecto "ventosa".


    El resto es una agradable y bonita pista.







     Una historia de abuelo cebolleta: En esta curva, con 15 años (y una moto de competi) salí recto. No me pasó nada, pero estuve unas 4h para conseguir salir de aquí.


     Prosigo mi camino acercándome cada vez más a ellas...


     Y siguiendo el curso del Tajo...


     La montaña del centro se llama la "Silla del Caballo", aunque desde aquí no se aprecia muy bien.

    Y así llego a mi pueblo siendo las 20:30h de una tarde cualquiera...


      Y como no ha habido daños (solo alguna pequeña magulladura de mi afri) y hemos pasado una espectacular jornada cargada de tensión motera y bellos parajes, qué mejor que deleitaros con la cara que se me quedó y que me durará por lo menos hasta el miércoles.

¡¡¡ NOS VEMOS !!!